lunes, 12 de abril de 2010

SEXO... TUKI... ROCANROL


El otro día estaba en el concierto de Dream Theater, no es que me guste esa banda ni la irrespete, solo me aburren. Así que me tocó hacer algo de relaciones públicas, conversar con promotores de eventos, saludar algunos músicos, intercambiar opiniones con mis colegas periodistas, algunos chistes internos, etc.

Entre tantas conversaderas me llamó la atención un comentario que hizo uno de los presentes: “¿Qué coño hace Asier y El Enano de Caramelos de Cianuro en un concierto de Dream Theater?”… Estuve a punto de continuar a echarle fuego al comentario con sarcasmos de los que me gusta aportar, pero internamente me pregunté “¿y por qué no deberían estar ambos personajes en un concierto como este?”.

La reflexión me llevó a analizar el nivel de elitismo que tenemos en esta ciudad acerca del rock. Es como excluyente. No puedes ir a Metallica si no tienes camisa negra, como si escuchar punk, britpop o metal llevara implícito una planilla de aceptación. Mi mejor amigo se fue con su lacoste a ver a Metallica porque desde chamos oíamos “Fight fire with fire” y “Welcome Home” ¿No merecía estar esa noche allí?

Me molestó un poco y me puse creativo a imaginar a estos personajes que los rockeros llaman Tukis oyendo La Vida Boheme en un mezcladito con Chino y Nacho, Sentimiento Muerto, Tego Calderón, Los Mentas, El Squadrón, Agonía, Calle 13, The Asbestos, Wisin y Yandel y este mismo pana tripeando su playlist… hasta playero podría ser.

Sentí cómo ese racismo que a veces la misma gente de color en Estados Unidos incrementa una especie de segregación sonora de quienes se creen dueños de los gustos de la gente. ¿Se han fijado la población venezolana? casi 27 millones de habitantes mientras que Estados Unidos está por llegar a los 310 millones. El mercado musical en US aún en crisis sueña con vender un millón de copias para ser un disco rentable.

Cada país discute sus diferencias musicales según el entorno, folk, hip hop, rock, R&B, soul, punk, toda esa mezcolanza americana que defendemos y escuchamos mientras allá discuten cuál apesta o no. Aceptémoslo, somos del Caribe y el reggaetón, el ska, se nos cuela en las venas y la salsa.

Yo creo que mientras sigamos pensando que el rock es solo para la élite, negándonos la satisfacción de que una madre soltera oiga a Cero Uno mientras lleva a su hijo al colegio, cortándonos las venas si un Tuki oye Rush o Bloc Party como si fuésemos los únicos autorizados en oír rock, la aceptación de nuestras bandas jamás sucederá.

El rockero es una minoría porque se ha acostumbrado a entrar en un mundo en el que él es solo el intelectual de las artes sonoras y encima le reprocha al mundo que no lo entiendan. Si partimos de que la música es un lenguaje, entonces ser exquisito no nos lleva a expandir ningún mensaje coherente.

Poco a poco abrir un disco, cuando raramente lo compres, sin que seas juzgado por la ropa y tu entorno, se vuelve un ejercicio de esclavitud calculada ¿dónde quedó el espíritu de libertad en elegir lo que te guste oír?

Mientras escribo esto he decidido poner a Justin Timberlake, el mismo que invitó Ozzy Osbourne a su cumpleaños mientras todos los felicitaban por su buen disco. Aunque decido cambiar a la versión hard rock en vivo que hace Draco Rosa de “Livin´la vida loca” que interpretaba su ex compañero en Menudo Ricky Martin, al final fue Draco quien escribió esa letra y es suya,. Y se me viene a la mente aquel concierto en el que Servando Primera y yo en un concierto en Miami tripeábamos el tema “Brujería” cortesía del mismo Draco y además convencía a Servando de lo inútil que era Kurt Cobain y que gracias a su genialidad de pegarse un tiro nació Foo Figthters. Vivimos de estereotipos sin base ni sentidos.

Sigo pensando cómo el rock en este país saldrá adelante si somos pocos los que al parecer merecemos oírlo, cómo limpiarte todo ese pecado cuando tu banda favorita la ponen en el autobús que va a Guarenas o a Choroní. Enserio imagino un estado de perfección en el que en vez de “Mi cama huele a ti” de Tito el Bambino nos ponen “Mundo de ilusión” de Primera Edición o “Todo muerto” de Los Telecasters ¿no estaríamos diciéndole a la gente que hay más alternativas y que abrieran sus gustos?

Lo peor es que si ser rockero en esta ciudad fuese contracultural hasta me como el cuento, pero es simple moda de la edad, ni siquiera usamos la raíz contestataria del rock para alcanzar el pulso de lo que estamos viviendo como sociedad, es sencillamente creernos superiores como minoría y esconder una falsa postura intelectual solo porque el resto de los mortales no se apega a la dictatorial vestimenta y reglas de ser rockeros aceptados.

Parte de la libertad humana consiste en tener libre elección en todo ámbito, personalmente puedo rodearme de salseros y convencerlos de que “Better Life” de The Asbestos es una buena pieza sin que les pida que dejen de oír “Lluvía” de Eddie Santiago y que el siguiente me confiese que descubrió “Frenesí” de Fauna. Lo mejor es que todos podemos vestirnos como queramos sin ser juzgados en un tema tan estéril como los gustos musicales.

Pienso que si toda esa gente que los rockeros desprecian les dieran la oportunidad de entrar en su mundo, el rock fuese mas rentable y entrará en nuestra ecléctica sociedad caribeña, al menos eso Digo yo… No sé!.