miércoles, 24 de octubre de 2007

AUTOGOL EN LAS DISQUERAS


Mi paso por la industria del disco (Sony BMG Music), anhelando los momentos gloriosos que veía desde las gradas, ahora sumergido en pleno caos discográfico durante mi entrada, tuvieron sus ensañanzas positivas. Tiempos de cambios, necesidad de romper paradigmas. No todo está escrito, aún hace falta arriesgarse, ir más allá y moverse con la tecnología y los canjes generacionales. Venezuela aún no parece estar preparado para eso, pero podemos sacar ventaja en nuestro desorden interno.

Mi idea de “disquero” siempre había estado apegada a la pasión musical. Eso lo entendí durante mis investigaciones, acercamientos y contactos foráneos, porque sin ir muy lejos, quienes han comenzado un sello independiente lo hacen pensando en disfrutar la música y entretenerse con lo que le gusta. Richard Branson, el magnate inglés fundador de Virgin Records, siempre pensó en divertirse antes de pensar en números… tampoco era su ramo. Chris Blackwell, creador del sello Island Records (Bob Marley, U2), empezó con la pasión de descubrir talentos, se sumergía en la cultura jamaiquina y convivia con la música negra hasta que convirtió su negocio en uno de los más importante de los sellos independientes. Luego compraron Polygram y Universal Music los absorbió. El tipo vendía discos en su carro. Eso del departamento de ventas, promoción, administración, distribución, etc, aún no estaba en su agenda.

La historia continuaba y progresivamente me fui encontrando con personajes raros que seguramenete los habrían rechazado en nuestra superfabulosa industria del disco. A ellos les debo un aprendizaje valioso.

Acá tenemos a los grandes Universal Music, Sony BMG Music, EMI Music, Warner (ICR), sus limitaciones son tan amplias como sus desgastadas ganas de hacer cosas irreverentes. Confiar en un artista supone necesariamente que sabes de qué trata el asunto y mientras te enganchas en su propuesta, le agarras seguridad. A mí me tocó vivir el mundo Sony BMG Music, no el canal de tv, menos el que vende televisores como piensa el común denominador, fue ese que las bandas, artistas y demás te decían: “epa aquí tienes mi material para que lo oigas y se pueda editar allá”. La emoción, inocencia y esperanza de esa gente era tan parecida a la mía cuando ingenuamente me habían dado el cargo de English Repertorie Manager (Gerente de repertorio en inglés).

Como todo en este país, esos nombres en la práctica decían poco, ya que cuando llegaba “un peluo o rockero”, como solían decirles, que cantara en español… yo también era el elegido. Confieso que me sentía como Tom Ferrell, el ejecutivo discográfico de la serie Love Monkey.

La mayoría de las disqueras están dominadas por nuestra hermana república de Colombia, eso quiere decir que las decisiones se toman allá y las que no, siempre está el Gerente General de turno que tampoco sabe qué hacer y va y llama a Colombia. A ese personaje le llamábamos “Doble OO”, una figura que era tipo el cOOrdinador (vean las OO), osea lo suficientemente nulo como para tomar una decisión razonable en un lapso de 2 horas. Era el mismo que se tomaba las fotos con Ricky Martin (sin conocer su discografía y menos el género musical que hacía), su favorito Gilberto Santa Rosa (ese sí lo conocía), Franco DeVita (se sabía los éxitos en vivo de Franco y no era capaz de distinguir los que se lanzaron en Sony). Ya todo lo que sonara en inglés podría llamarle “guachi guachi”. ¿Se imaginan ese panorama?

Uno tenía fe, a pesar de que sabía que el destino de la música, la de esta disquera, caería en un neodisquero que venía de vender embutidos, galletas y cualquier cosa. Identificar el soul, jazz, blues, salsa, rock, era un trabajo complejo. La maravilla de los catálogos, como si vendieras Avon, era su arma potente de trabaja durante el mes. ¿Cómo explicarle a la tiendas que el DVD The Wall de Pink Floyd era de una banda chevere y que nada tenía que ver con el de Pink en Europa, la que hace pop?

La candidez de esos tiempos me llevaron a pensar que mis próximas reuniones con Colombia iban a ser fructíferas. Allí entro en contacto con el presidente de la región Andrés López, un boliviano solapado, genio de los números que, cuentan los cercanos a su carrera, viene de trabajar en Fedex. Nadie cuestiona los dignos trabajos de Doble OO y don López, como le dicen en la oficina de Bogotá, el problema es cuando entras en la música sin saber nada, es como vender CPU y no distinguir entre software y hardware.

Aquí empieza el meollo del asunto y el por qué de mi reflexión o Digo yo … no sé. Estas personas no les interesan firmar artistas nacionales porque primero, están velando por los intereses de colombia, Jorge Celedon, el vallenato, etc. Eso es válido. Eso explica porqué el día que propuse editar Tool, don Andrés me dijo: “Colombia no va a editar eso, usted debe atender más las cosas que se venden”. Extrañamente ese disco llegó a Colombia y el cargamento de Venezuela fue vendido.

Esta gente no conoce de blogs, myspace, facebook, hi5, ipod, itunes, mp4, mp3 y pare usted de contar. Vivimos en tiempos de cambio, ya lo dije al principio. Las disqueras hacen una cruzada para acabar con el download y meterlos a todos presos. ¿Cuál es el crimen? Esos jóvenes que bajan música no la están vendiendo para hacerse millonarios, lo hacen por un principio de compartir material y descubrir nuevos sonidos.

Radiohead, NIN, Jamiroquai, Prince, Oasis, Madonna, todos son grandes de la música y se han dado el lujo de firmar acuerdos alternativos o regalar su música. Para un caso de artista en desarrollo la cosa es distinta, te da exposición y promoción, pero los ingresos vendrán lentos. Es un paso y advertencia de lo que se viene progresivamente.

Las disqueras se acaban de dar cuenta que, como Blackwell en su auto, hay que ir donde está el público, llegarle donde se mueven, justo en la fuente de contenido a la cual los fans se concentran. Ellos mismo envían mensajes de que no editarán aquello o lo otro y pretendern que un día la gente entienda o espere sentado su artista favorito. No todos los discos son para ser lanzados, pero el trabajo de calentamiento de calle tampoco era permitido.

Las bandas locales tienen una mejor herramienta estando independientes que tratar de ser entendidos por los genios de la industria. Hora Cero, Los Mentas, Billy Se Fue, Candy 66, Los Amigos Invisibles, Caramelos de Cianuro, Papashanty Saundsystem, todos fueron “rebotados” en las reuniones de mercadeo a las que intentaba meter su música. Al presidente a veces no le llegaba esa conexión veneca del rock... bueno cuando descubres que uno de sis discos favoritos es el de éxitos de U2... gol.

El sistema es simple, los discos se venden en conciertos, algunos los acercas a una red de distribución, existe solo 5 en Venezuela y dos de ellas proveen al resto. Siempre vas a tener tu disco mal colocado, porque las disqueras van a pedir que el afiche de Beyoncé, Alejandro Sanz, Maná, Shakira, entre otros, destaque en la tienda. La buena idea está en ubicar un vendedor de discos independiente que te venda tu material aunque sea para figurar. Al menos tu distribucion mediana tendrás.

Venezuela carece de leyes para la venta de ringtones o música digital. Las multinacionales tratan de intimidar a las telefónicas y al final, la mejor opción está en hacer contratos con artistas venezolanos porque hablas directamente con los involucrados. Eso lo saben las telecomunicaciones y por es es más fácil trabar con Voz Veis que esperar a que el abogado de Shakira llame para pedir wue saquen sus videos de ls teléfonos.

Si meditan un poco, se darán cuenta de que las condiciones de independiente están mejor ajustadas al contexto que nos toca vivir. Eso no lo experimentan las grandes discográficas, están esperando a que Ricky Martin o Shakira saquen disco nuevo para que les salve el presupuesto.

Si analizan un poco, cuando una banda está empezando su carrera, busca promoción, exposición, ser conocido, así que usando óptimamente estos recursos, puede tener la libertad de hacer la música que le plazca sin pensar en lo que podría gustar. Papashanty ostenta la suma de más de 7000 discos vendidos en conciertos, giras, cafés y donde se encuentre su gente. Caramelos supo buscar una forma de obtener dinero por su disco a través de Pepsi. Candy 66 tuvo ventas aceptables con su 5 Mundos y a lo que merchandising se refiere. Los Amigos Invisibles, a través de su sello Gozadera Records, pudo alcanzar disco de Oro la primera semana de lanzar Super Pop Venezuela y su compilado Dance Venezuela llegó a Oro.


El término “do-it-yourself” con un mini equipo de trabajo, está a favor de los independientes. La cartelera record report, nuestra Billboard radial, la domina el renglón que dice “otros”. Todos los factores están dados para que, aunado a una mejor preparación, la pelota cambie de patio, aunque sea por un tiempo prudencial. Estos neo-ejecutivos del disco, serán los primeros en enseñarnos todo aquello que no se debió hacer y buscaremos la pelota del otro lado con una mejor visión. No es el fin de la industria del disco, pero si el advenimiento del infierno en sus acondicionadas, todos en sus oficinas esperando ver un mail que les diga: “artista priority”... allí actúan como borregos para cuidar sus cargos. Afuera hay un mundo que se está modificando en sus caras.

Les debo los tips de independencia musical, no quería hacer este texto largo, así que lo dividiremos para luego.


Saludos,

martes, 23 de octubre de 2007

AUTOAYUDA PARA MUSICOS VENEZOLANOS



De vez en cuando caen en nuestras manos una serie de libros que intentan alimentar el alma solitaria y desquebrajada del ser humano. Su mayor nicho de venta pareciera estar en la autopista o buhoneros literarios que empiezan a aconsejarnos las delicias de una buena lectura: Sopa de pollo para el alma, Quien se llevó mi queso, Inteligencia Emocional, etc.

Confieso que he leído un poco de ellos, entretienen a la par que puedes descubrir que tan dura puedes manejar tu vida si no haces un ejercicio interno. No soy fanático de esos textos, pero desde hace un tiempo se me ocurrió que podía hacer mi propio escrito desde una óptica muy hedonista y relajante.

Viendo la miserable vida que les ha tocado vivir a los músicos de nuestro país, ese karma de querer ser punketos viviendo en el este, hacer grandilocuentes letras con la limitación de que debe encajar en los 3 minutos de formato radial o la fórmula casi descubierta de que si haces canciones de amor para niñas adolescentes, eso te dará un contrato comercial. Claro que el amor siempre ha sido un detonante de genialidad musical para quienes saben cómo volver poesía sus propios demonios amorosos, Andrés Calamaro es un caso de esos, podría recibir insultos por incluir a Asier en la lista, pero sí, Cazalis sabe cómo convertir sufrimiento y pensamientos perversos en frases que todos quisiéramos decir: “Quiero darte una despedida que recuerdes toda la vida” (El último polvo). ¿Quién no ha buscado la forma de decirle a su ex “ok, pero echemos uno antes de que me mandes a la mierda”?...

Lamentablemente los últimos trabajos de Caramelos de Cianuro me han demostrado baja de calidad, una carencia de osadía incapaz de explicar cómo la insuficiencia sonora de sus integrantes aún puede desprenderse del puño lírico de Asier… y no parece volver a su estado inicial Es como si su vocalista mandara las letras por fax o e-mail, mientras la banda ensaya en cualquier parte del mundo revisando los culos del myspace que seguro les gustará los mismos acordes de “Las estrellas”. Claro que me gusta “La veterana”, una búsqueda sexualmente honesta: “A mí lo que me hace falta es una hembra de verdad, maestra consumada en la estimulación oral, que fume, beba y me haga el amor mientras manejo”.

Lo cierto es que aún así Caramelos no es una banda que haya influenciado a nadie y eso ya es triste y mala onda. Aún no conozco la primera banda que diga: “Vi un concierto de la barra pepsi y compré mi primera guitarra y formé está banda”… eso le pasa a Desorden Público o Los Amigos Invisibles. De todas maneras no degastemos a nuestros cianuros amigos porque eso está reservado en mi libro. Allí explico ese relación con la banda, entre otras agrupaciones más, y el capítulo de los caramelitos se titula “Periodista en caldo de gallina”.

Allí comienzan nuestros males, allí es donde se me ocurre un texto de autoayuda para rockeros. Vivir con la ilusión de crear un neofolklore (genero inexistente) que los salvará de la penumbra musical, no asumir que su primer problema es en la negación de sus carencia y limitaciones musicales, así como el hecho de que dejan a un lado la verdadera razón de hacer música para buscar fama inmediata, sumergirse en los excesos de las drogas y gastar el dinero de las cuerdas de la guitarra en cervezas light sin saber qué es lo que los motiva a cambiar el mundo, se convierte en su caos interno.

El rock no va a salvar al mundo como pensaba el personaje de Jeff Bebe en Almost Famous. Ninguna de nuestras bandas nos salvará de los problemas sociales, políticos y menos existenciales que se viven en Caracas o Venezuela. Aunque debo reconocer que todos se ven chistosos con sus lazos negros en el msn mientras afinan instrumentos para hacer su frustrado tour nacional… En tiempos de importantes cambios, aún es prioridad pensar si tocaremos en Rock al Parque o si merecían haber ganado un Premio Urbe, aunque aún hay otros que deben soñar con abrirle a Soda en Noviembre. Argentina y México construyeron cierta historia desde la base de la construcción de ideas de la mano de una generación con las bolas puestas que sembró las bases del sentir musical, expresión artística y la motivación por crear algo que les diera sustento futuro. ¡No fue una moda!

Volviendo al intento del libro… podríamos llamarle Inteligencia Emocional para Bandas de rock… pero mezclar inteligencia con rock es paradójico y poco probable. ¿Utopía?

Una buena manera de comenzar a ayudar y fomentar el talento de pocos músicos que tenemos, serían estos posibles capítulos:

CREER EN ESE SONIDO QUE HACES AUNQUE NO LO CONOZCAS
No te dejes llevar por lo magistral del emo, menos por el revival metal o el vintage garage que tus bandas más rebuscadas te muestran a diario. Parte de lo que capta el público viene dado por la capacidad de mostrar honestidad en tu sonido. Fernando Batoni debe ostentar el record del peor bajista de Venezuela, pero lo que expresaba en Zapato 3 superaba cualquier clase magistral de bajo que sus detractores pudiesen imaginar. La conexión no se logra por exactitud en la notas, es parte de la labor agregada de sus integrantes. Hay quienes dicen que Jimmy Page estaba desafinado en tarima, otros abogan por lo básico que es Kirk Hammet, pero nadie puede decir que Led Zeppelin o Metallica no son las bandas más importantes del mundo. Charly Watts una vez declaraba que no sabía si era buen baterista, pero era “el baterista de los Rolling Stones”. ¿Alguna objeción?

LO IMPORTANTE ES AQUELLO QUE TE CONECTA CON EL PUBLICO

Todas las bandas que viven en Venezuela, aunque prefiero usar el caso Caracas, viven en manadas de 30 personas. Aún no se han dado cuenta de que hay un mundo qué explorar, por lo que les preocupa primero lo que piensa ese rebaño para actuar de acuerdo a esas exigencias. Pasan más tiempo intentando caer bien a ese grupito y aquellos que no les guste su música, “¿qué puede saber ese de música?” Cuando aplica para radio o prensa, si su reseña o crítica no es positiva, entonces dirán: “es que no existe objetividad” o mi favorita “aquí no apoyan el talento”. Las críticas están hechas de subjetividad porque dentro de un contexto de género periodístico no abordan la noticia ni la información, es simplemente crítica, no aplica la objetividad. La peor crítica no es la escrita, sino cuando haces un concierto y nadie aplaude, cuando quieres vender el disco y no lo compran y cuando convocas un toque y nadie va. Allí no se culpa a la objetividad, sino falta de interés. Lo mejor es buscar espacios donde tu música destaque y vaya contagiando a los que les interesa. Maná es la banda que nos ha sabido engañar con los mismos acordes durante estos años, pero tiene más público que el círculo pequeño de detractores que hablan mal de sus aburridas canciones.

AMAR A TU PROJIMO COMO A TI MISMO

Jesucristo fue realmente hippie, logró llevar sus ideas a mucha gente. Como un rockstar evangelizador sabía que mostrar respeto y amor, le daría más entrada que los improperios obtenidos en su época. Aquí en Caracas pasa el fenómeno: “hablemos mal de la banda del otro para que nadie se fije que tan mal puede ser la mía”. Parte de la tristeza que agobia al rockero venezolano se traduce en su baja autoestima para afrontar buenos shows ayudándose entre ellos. Creo que gente como la Coalición del Rock, donde seguro Los Telecasters nos les debe gustar Tribop, creo que la mayoría de esas bandas no les gusta Tribop y seguro la otra mitad no le gusta Los Telecasters, otros deben preguntarse qué hace Lado B tratando de buscar fama de una vez por toda o aquellos que dirán que Kuámasi es tan pana que veremos qué pasa con Autopista Sur. No sé porque pienso que debe existir una dosis de envidia a Los Paranoias por su mediano éxito. A mí me gusta cada una de esas bandas en su justa medida, y admiro la capacidad que han tenido todos en unirse, respetarse y salir a buscar espacios donde uno piensa que no hay donde tocar. En el fondo todos buscan sus respectivos espacios en la escena.

La lista de consejos podría seguir, pero como está en desarrollo y dado que el texto se me puso largo, prefiero dejar más para una nueva entrega.

Pienso que al rock le hace falta subir su autoestima, luego subir su calidad y equilibrar su mojón mental. A veces cuando oyes canciones tan malas, aquellas que te producen mal humor y debes vivir con ellas sin que ninguna banda te pida disculpas, ruegas para que allí termine la cosa, hasta que los oyes en una entrevista o los ves en tarima. Su falta de carisma y diálogos inteligentes se extienden en aquello que pensabas no serían capaz de decir: incongruencias. Las groserías siempre serán su manta de protección, espacio común para destacarte como rockstar en ascenso. Realmente para escribir buenas canciones hay que vivir a plenitud y tener experiencias, hacer una buena melodía es saber usar tu ingenio en un momento dado. Al final del cuento me niego a apoyar a las bandas porque sean venezolanas, me niego a salir con una sonrisa idiota en mi cara diciendo lo bueno que puede ser un disco que ya de entrada falla con un principio social para que no te coma el tiempo ¿Hacía falta que se editara?

jueves, 18 de octubre de 2007

MI PRIMERA VEZ

Sí, la primera en el mundo de blogger. No tengo mucha experiencia en esto de diseño y abrir blogs, pero desde hace rato me llamaba la atención.

Progresivamente estaré colocando artículos y ideas sobre lo que uno ve a normalmente en la calle. Generalmente me dejo llevar por la música, la mediocridad imperante en el rock de nuestra ciudad y sus limitaciones.

Es interesante ver cómo cada uno de ellos tienen una especie de cuerda empujando en ambos polos para ver quién la reviente primero y cae. A veces me gustaría opinar de política y temas que vivimos en esta ciudad o tal vea en la ciudad que esté por allí.

Me gustan las listas o toplist, así que en uno de esos ejercicios, al más puro estilo de Rob Fleming (Alta Fidelidad, seremos cómplices de ese juego entretenido.

Mientras vayamos descubriendo este mundo que apuesto me atrapará un rato para compartir pensamientos.

Saludos...