lunes, 30 de julio de 2012
CUIDADO CON QUIEN PRODUCE TU DISCO
martes, 1 de noviembre de 2011
¿LOS MANAGERS SIRVEN PARA ALGO?
“El manager es el alter ego del artista, la parte del artista que la audiencia nunca ve” (This Bussiness of Artist Management).
Los autores Xavier M. Frascogna Jr y H. Lee Hetherington se adentran en verdades del rol de manager. “Es un planificador, asesor, organizador, estratega, supervisor, coordinador, detallista, compañero de viaje y amigo”.¡Y tienen razón! Son como unos toderos profesionales, psicólogos ad honorem que van descubriendo el día a día de sus artistas, sus mañanas, malcriadeces, debilidades, intensidades y toda la personalidad que un músico encierra en eso que suelen llamar arte.
La primera vez que hice el intento de ser manager fue con Los Mentas, corría el año 98 y mi curiosidad por ver a una banda de rockabilly me llevó a los alrededores de Sabana Grande para ver tocar a esta banda. Juro que solo quería entrevistarlos y en el camino sólo había ideas por ejecutar. Sin proponérnoslo estábamos trabajando juntos. Buenos momentos sin dudas y aún conservamos la amistad.
En cierta forma me siento como un Jerry Maguire, cuando escribe aquella declaración de principios antes de renunciar a su oficina. Me viene a la cabeza aquellas palabras que le dice a Rod Tidwell: “Estoy allí afuera por ti. No sabes lo que es ser YO allí afuera por TI. Es un asedio donde te tragas el orgullo hasta el amanecer y del que nunca te contaré al respecto… ayúdame a ayudarte”, simplifican un poco esa parte no visible alrededor del manager… porque el músico solo percibe lo obvio de ese oficio.
Cuando miras los ejemplos de personajes como Brian Epstein (The Beatles), Peter Grant (Led Zeppelin), Don Arden (Small Faces, Black Sabbath), Coronel Parker (Elvis Presley),Malcolm McLaren (Sex Pistols), Steve O´Rourke (Pink Floyd), Paul McGuiness (U2), Rod Smallwood (Iron Maiden), Kelly Curtis (Pearl Jam), Cliff Burnstein (Metallica), sus historias y formas de ejecutar estrategias, se entiende el engranaje que debe existir entre manager y artista para su éxito. “Probablemente la analogía más cercana es la de un buen matrimonio. Sobre todo, un buen matrimonio requiere un fuerte sentido de confianza mutua y la capacidad de ver las cosas como son”, escribe Fracogna y Hetherington.
“La participación del manager en la carrera de un artista es crucial para su éxito “, nos enseña el libro antes mencionado. “De hecho, el manager es otro individuo, además del artista, quien llega a ver y tocar todas las piezas del rompecabezas que encajan entre sí para crear la carrera del artista”, nos recuerda el libro antes mencionado.
Nuestros casos venezolanos Alberto Cabello (ViniloVersus), César Elster (La Vida Boheme), Libero Iaizzo (Caramelos de Cianuro), Jesús Noriega (Los Amigos Invisibles), Maximo Pastorelli (Papashanty Saundsystem), Christian Gall (Fauna, 4to Poder), pueden dar fe de lo que es el día a día de sus artistas, entenderlos, lidiar con sus egos, a veces subirles nuevamente ese ego por el que son capaces de re-direccionar todo el curso de sus carreras y seguir adelante en las ideas originales. Eso que llaman “arrearlos”.
Se vuelven una especie de Sergio, ese personaje protagonizado por Puff Daddy en la película Get Him to the Greek, deben ser duros, directos y de vez en cuando usar el “mind-fucking” para mantener el equilibrio.
Personalmente no sé si me considere un manager como tal, me tomó unos años volver a esa parte de mi convicción y gracias a The Asbestos retomé todas mis ideas, luego me vi vinculado con Bioshaft y en el proceso me reconcilié con Candy 66 en eso de manejarlos, una idea que deambulada por años pero que no se finiquitaba. Ahora tengo tres bandas, antes renegaba y no quería asumir el rol, así que vuelvo a ser un Jerry Maguire criollo… esas cosas pasan.
Recibes de los músicos ideas en las madrugadas, oyes sus problemas amorosos y hasta rupturas, divides tus horas de trabajo en los bloques creativos de cada integrante de bandas diferentes que manejas.
Es como replantearte los husos horarios de tu vida y te preparas para cada llamada, mensaje, idea, consejo, preguntas a cualquier hora que se produzca. Si hay algo que aprendí en el camino es que un músico jamás va a dejar de preguntar. Creo que está en el combo. Un músico siempre va a reclamar atención.
Esa alianza pareciera ser vocaciones compartidas que deben reconciliarse en el día a día. El manager sabe que a veces su rol es como paternal, verse casi como un “nanager”, poniendo a tono algunos caprichos de sus artistas. Es complejo ese ordenar de la inocencia del artista en la que se crea su mundo paralelo… que uno debe descifrar con el tiempo.
Muchas bandas se acercan a diferentes managers para que los manejen. Es complicado trabajar con una banda de la que no sientas feeling. Uno siempre se deja llevar por ese sentimiento o conexión que te permite llevar adelante el proyecto, sobre todo al comenzar. Así que irse a la ligera implica compromiso que si no vas a querer cumplir, lo mejor es no aceptarlo así sea por amistad.
Y capaz muchas bandas no lo entiendan, hay quienes esperan conseguir un manager para que les ponga el agua en la tarima y les busque shows donde tienen el acceso inmediato. No se percatan del trabajo adicional que supone planificar toda una carrera y que la banda la ejecute.
Opinión personal, no existen mejores managers ni mejores bandas, sino una alianza e intereses comunes donde el manager pone sus ideas, escucha las del artista y entre todos ejecutan acciones que en el tiempo los llevará al éxito. Es un trabajo en conjunto, llevado por el respeto, la confianza y la premisa de que todas esas fuerzas unidas crearán algo importante ¿están todos dispuestos a tomar ese reto cargado de paciencia?
“Para tener éxito, toma mucho trabajo duro junto con a una voluntad de comunicarse, comprometerse y cambiar a medida que crece al relación y se presentan nuevos retos”, advierte las páginas de This is Business of Artist Management.
Creo en la voluntad de trabajar entre ambas partes. El talento de una banda es importante, pero si no tiene los accesos que el manager le brinda, junto a las ideas, es talento efímero. Un manager termina siendo un miembro más de la banda. Cuando comienzan a verse como dos entes distanciados de los intereses artísticos y laborales –obvio que ambos desean generar ganancias-, la ecuación, caiga del lado que caiga, termina por disolverlos.
Seamos honestos, las bandas hacen su música y necesitan que les digan qué hacer luego…
Para ser un buen manager necesitas una buena banda que demuestre que tus creencias son válidas. Aquellas bandas que desean destacarse y ser reconocidas, definitivamente dependen de ese personaje que nadie conoce detrás de su carrera para que la balanza los ayude a triunfar.
Entonces llega la pregunta ¿Los managers sirven para algo? La respuesta es un rotundo SI … Digo yo … No sé.
¿LOS MANAGERS SIRVEN PARA ALGO?
“El manager es el
alter ego del artista, la parte del artista que la audiencia nunca ve” (This Bussiness of Artist Management).
Los autores Xavier
M. Frascogna Jr y H. Lee
Hetherington se adentran en verdades del rol de manager. “Es un planificador,
asesor, organizador, estratega, supervisor, coordinador, detallista, compañero
de viaje y amigo”.
¡Y tienen razón! Son como unos toderos profesionales, psicólogos
ad honorem que van descubriendo el
día a día de sus artistas, sus mañanas, malcriadeces, debilidades, intensidades
y toda la personalidad que un músico encierra en eso que suelen llamar arte.
La primera vez que hice el intento de ser manager fue con Los Mentas, corría el año 98 y mi curiosidad por ver a una banda de
rockabilly me llevó a los alrededores
de Sabana Grande para ver tocar a esta banda. Juro que solo quería
entrevistarlos y en el camino sólo había ideas por ejecutar. Sin proponérnoslo
estábamos trabajando juntos. Buenos momentos sin dudas y aún conservamos la
amistad.
En cierta forma me siento como un Jerry Maguire, cuando escribe aquella declaración de principios
antes de renunciar a su oficina. Me viene a la cabeza aquellas palabras que le
dice a Rod Tidwell: “Estoy allí afuera por ti. No sabes lo que es
ser YO allí afuera por TI. Es un asedio donde te tragas el orgullo hasta el
amanecer y del que nunca te contaré al respecto… ayúdame a ayudarte”,
simplifican un poco esa parte no visible alrededor del manager… porque el músico solo percibe lo obvio de ese oficio.
Cuando miras los ejemplos de personajes como Brian Epstein (The Beatles), Peter Grant
(Led Zeppelin), Don Arden (Small Faces,
Black Sabbath), Coronel Parker (Elvis Presley),Malcolm McLaren (Sex Pistols),
Steve O´Rourke (Pink Floyd), Paul McGuiness
(U2), Rod Smallwood (Iron Maiden),
Kelly Curtis (Pearl Jam), Cliff Burnstein
(Metallica), sus historias y formas
de ejecutar estrategias, se entiende el engranaje que debe existir entre manager y artista para su éxito. “Probablemente la analogía más cercana es la
de un buen matrimonio. Sobre todo, un buen matrimonio requiere un fuerte
sentido de confianza mutua y la capacidad de ver las cosas como son”,
escribe Fracogna y Hetherington.
“La participación
del manager en la carrera de un artista es crucial para su éxito “, nos enseña
el libro antes mencionado. “De hecho, el
manager es otro individuo, además del artista, quien llega a ver y tocar todas
las piezas del rompecabezas que encajan entre sí para crear la carrera del
artista”, nos recuerda el libro antes mencionado.
Nuestros casos venezolanos Alberto Cabello (ViniloVersus),
César Elster (La Vida Boheme), Libero
Iaizzo (Caramelos de Cianuro), Jesús Noriega (Los Amigos Invisibles), Maximo
Pastorelli (Papashanty Saundsystem),
Christian Gall (Fauna, 4to Poder),
pueden dar fe de lo que es el día a día de sus artistas, entenderlos, lidiar
con sus egos, a veces subirles nuevamente ese ego por el que son capaces de re-direccionar
todo el curso de sus carreras y seguir adelante en las ideas originales. Eso
que llaman “arrearlos”.
Se vuelven una especie de Sergio, ese personaje protagonizado por Puff Daddy en la película Get Him to the Greek, deben ser
duros, directos y de vez en cuando usar el “mind-fucking”
para mantener el equilibrio.
Personalmente no sé si me considere un manager como tal, me tomó unos años
volver a esa parte de mi convicción y gracias a The Asbestos retomé todas mis ideas, luego me vi vinculado con Bioshaft y en el proceso me reconcilié
con Candy 66 en eso de manejarlos,
una idea que deambulada por años pero que no se finiquitaba. Ahora tengo tres
bandas, antes renegaba y no quería asumir el rol, así que vuelvo a ser un Jerry Maguire criollo… esas cosas
pasan.
Recibes de los músicos ideas en las madrugadas, oyes sus
problemas amorosos y hasta rupturas, divides tus horas de trabajo en los
bloques creativos de cada integrante de bandas diferentes que manejas.
Es como replantearte los husos horarios de tu vida y te
preparas para cada llamada, mensaje, idea, consejo, preguntas a cualquier hora
que se produzca. Si hay algo que aprendí en el camino es que un músico jamás va
a dejar de preguntar. Creo que está en
el combo. Un músico siempre va a reclamar atención.
Esa alianza pareciera ser vocaciones compartidas que
deben reconciliarse en el día a día. El manager
sabe que a veces su rol es como paternal, verse casi como un “nanager”, poniendo a tono algunos caprichos de sus artistas. Es complejo ese ordenar de la
inocencia del artista en la que se crea su mundo paralelo… que uno debe
descifrar con el tiempo.
Muchas bandas se acercan a diferentes managers para que los manejen. Es
complicado trabajar con una banda de la que no sientas feeling. Uno siempre se deja llevar por ese sentimiento o conexión
que te permite llevar adelante el proyecto, sobre todo al comenzar. Así que
irse a la ligera implica compromiso que si no vas a querer cumplir, lo mejor es
no aceptarlo así sea por amistad.
Y capaz muchas bandas no lo entiendan, hay quienes
esperan conseguir un manager para que
les ponga el agua en la tarima y les
busque shows donde tienen el acceso inmediato. No se percatan del trabajo
adicional que supone planificar toda una carrera y que la banda la ejecute.
Opinión personal, no existen mejores managers ni mejores bandas, sino una alianza e intereses comunes
donde el manager pone sus ideas,
escucha las del artista y entre todos ejecutan acciones que en el tiempo los
llevará al éxito. Es un trabajo en conjunto, llevado por el respeto, la
confianza y la premisa de que todas esas fuerzas unidas crearán algo importante
¿están todos dispuestos a tomar ese reto cargado de paciencia?
“Para tener éxito,
toma mucho trabajo duro junto con a una voluntad de comunicarse, comprometerse
y cambiar a medida que crece al relación y se presentan nuevos retos”,
advierte las páginas de This is Business of Artist Management.
Creo en la voluntad de trabajar entre ambas partes. El
talento de una banda es importante, pero si no tiene los accesos que el manager le brinda, junto a las ideas, es
talento efímero. Un manager termina
siendo un miembro más de la banda. Cuando comienzan a verse como dos entes
distanciados de los intereses artísticos y laborales –obvio que ambos desean
generar ganancias-, la ecuación, caiga del lado que caiga, termina por
disolverlos.
Seamos honestos, las bandas hacen su música y necesitan que
les digan qué hacer luego…
Para ser un buen manager
necesitas una buena banda que demuestre que tus creencias son válidas. Aquellas
bandas que desean destacarse y ser reconocidas, definitivamente dependen de ese
personaje que nadie conoce detrás de su carrera para que la balanza los ayude a
triunfar.
Entonces llega la pregunta ¿Los managers sirven para algo?
La respuesta es un rotundo SI … Digo
yo … No sé.
lunes, 29 de noviembre de 2010
¿DE VERDAD QUIERES TENER UNA BANDA?
Desde que tengo uso de razón me ha inquietado todo el proceso de las bandas o artistas en componer canciones que terminan marcando la diferencia. Lo fui desarrollando como periodista y mis veces como manager notaba la formación de los músicos en base a sus vivencias.
En todos estos años aprendí que lo que desestabiliza a las bandas es la incertidumbre con la que guían sus carreras. Empiezan con determinación y en el camino se llenan de fantasmas, miedos y desconfianza.
Siempre me piden consejos, sugerencias o ayuda cuando las bandas están sacando su material. No creo en la fórmula exacta, le tengo más fe al trabajo constante y no rendirse nunca. Lo que hace que una banda crezca con el tiempo, es su tenacidad, creer en su música tanto como aquellos que comienzan a escucharlos. No hay ropas, trajes, canciones largas o cortas, es simple conexión con la audiencia a través de tu determinación y coraje para mostrarte como artista que absorbe el momento que está viviendo y lo expresa.
Me tomé un pequeño tiempo para ordenar tips que podrían ser usados para las bandas nuevas que se alzan vuelo en el rock nacional y desean tomarse la música como trabajo. Es un poco lo que he visto y trabajado los últimos años, sin que piense que tenga la razón, son cosas que me han funcionado, las que he convivido y las comparto.
- ¿QUE CLASE DE BANDA ERES?
- ACEPTA LAS CRÍTICAS
- CREA TU BASE DE DATOS
- MEDIOS ESPECIALIZADOS
- EL TIEMPO ES TU AMIGO
- TOCAR, TOCAR, TOCAR Y CUANDO PUEDAS SIGUE TOCANDO
La lista es larga y trataré de concentrarme punto por punto en diferentes entregas.
Parte del estancamiento de las bandas durante sus inicios es la poca motivación, la necesidad de compararse con bandas de trayectoria y pensar que hay que apoyarlos por lástima. El camino es largo, pero sólo si estás dispuesto a avanzar, olvidándote de tratar de pisotear a otros, pensando en que el resto de las bandas no merecen lo que tú anhelas, entonces no estás realmente concentrado en tu música. A veces tienes tantas oportunidades cerca de ti y te enfocas en tumbarle la posición a otro y abandonas el cúmulo de chances que te ofrecen.
Es el trabajo constante, las metas claras, el tocar y tocar, conectar con tu música y la honestidad con la que te muestras, lo que te asegurará el siguiente paso para que te conozcan y posterior éxito en términos de banda nacional.
En vísperas del fracaso musical es cuando caes en cuentas de la ira y premeditación con la que las bandas actúan, lo veo a diario. Convivo con una gran variedad de músicos que están haciendo un buen trabajo, siempre que se me acercan les doy el mejor de los consejos y trato de que sea afín con su ideología y concepto.
Siempre recuerda que el público no son los 35 amigos cercanos de tus bandas, hay una población más larga que desconoce lo que haces y no te está juzgando, está esperando que toques y digan: “!Epa! qué buena música, ¿dónde la consigo para tenerla?”.
Muchas bandas no se dan cuenta de que sonar en la radio no lo es todo, es importante, pero puedes tener el tema todo el año en rotación y nadie sabrá cómo te llamas porque no tienen una imagen visual de eso que oyen y no han conocido los orígenes o concepto de tu banda. Es un trabajo promocional en conjunto. La gente debe conocer, identificar y digerir todo aquello que oye, sino será etéreo tu paso por la radio.
No me creo el asunto de la pinta, no creo que Tom Yorke sea el personaje con el que la revista People resuelva su audiencia femenina. No creo en las vestimentas especiales si una sólida base o contenido a expresar, por eso a Kiss le cuesta quitarse el maquillaje. No creo en temas de tres minutos porque no existiría Pink Floyd o Tool. Creo que todo eso de la imagen viene acompañado de la música que haces, un proceso natural que tu público aprecia, pero cuando tengas público, antes eres un desconocido tratando de llamar la atención en vísperas de decidirte a ser abogado y encargarte de la compañía de la familia.
La mayoría de la gente cree en eso que dice Mother Love Bone: “Letra y música, mi únicas herramientas, comunicación”… Digo yo… No sé.
sábado, 12 de junio de 2010
UN ADIÓS AL LÁTIGO DE JESUS PARRA
“La muerte es el mensajero que con la última hora viene y el tiempo no se detiene ni por amor ni dinero” (Rubén Blades).
Hay personas que llegan fugazmente y se van de la misma forma. Su misión real está en el legado de su trabajo o el impacto que generará en la sociedad. Entonces te das cuenta de que la muerte física ha sido derrotada por aquello que jamás se irá: tu obra artística.
Así de veloz conocí a Jesús Parra, cantante de Karma Coma, personaje inquieto que me agregó al msn, me envió un mail con el link de su disco Ekádasi (2008) para su descarga, aún disponible: http://www.myspace.com/thekarmacoma. Sabía que si no lo bajaba este guaro iba a torturarme desenfrenadamente hasta obtener respuesta.
Mi gran impresión fue haberme topado con temas como “Dec 99” o la introspectiva e instrumental “Aires”, ambos temas daban cuenta de una diversidad y buen gusto de esta banda liderada por el ahora fallecido Jesús. Me quedé enganchado con el disco y toda su onda folktronic entre instrumentos acústicos, breakbeat, downtempo y la suma de referencias sonoras interesantes que tracks como “Marasuayo” reflejaban una honestidad musical de los elementos autóctonos de nuestra música y la vanguardia sonora de un grupo de músicos interactuando con sus ideas.
Al poco tiempo me llega otro link http://www.myspace.com/jesusparramusica vía msn cortesía de su creador, ahora en plan cantautor. Muchas de mis apreciaciones personales a la hora de escuchar un disco están guiadas por la tranquilidad de un viaje. Mientras disfrutaba del trayecto decido oír Sesiones del Sur Vol 1 EP (2008). Inmediatamente temas como “Tierras lejanas” y “Mirarte a los ojos” se convirtieron en mis acompañantes de carretera y aviones. Ese EP fue grabado en una sola toma, directo, captando el sentimiento de un cantautor guaro que deseaba expresar su momento interno y personal.
Jesús Parra sufrió un accidente que lo mantuvo en terapia intensiva y al levantarme esta mañana me llega un mensaje de que había fallecido. Confieso que una sola vez lo conocí en persona, en los pasillo de La Mega, charlamos sobre Barquisimeto, lo bueno que eran sus canciones, el proyecto, los videos colgados en su myspace y entendí un poco le valor agregado de sus temas. Nunca le confesé que la frase “Quiero despertarme un día sin aferrarme a todo y comenzar a controlar todo el dolor” de la canción “Mirarte a los ojos” era una línea compartida de la que a veces te guía en situaciones adversas, me disfrutaba incluso cuando cantaba: “Te miro a los ojos y te digo quién gano, si el deseo de estar vivo o continuar con mi dolor”.
Hace una semana visité Barquisimeto y conversaba sobre el accidente de Jesús, estuve tentado a visitarlo, se sentía el ambiente de tristeza entre sus cercanos, era como una de sus canciones “La espera”. Medité en aquello de que la vida es corta e internamente envié mis mejores deseos a Jesús, mientras caminaba se me ocurrió colocarla en mi ipod, su tono semi-blusero diciendo: “Ya no hay tiempo de perder, soy un grito al aire y al despertar viene el cambio, un acto de fe, en la espera de que algo no salga mal”.
Me devolví de Barquisimeto oyendo un poco de Jesús Parra, siempre es parte de mi playlist viajero, igual tenía que en la mente el "Maestra Vida" de Rubén Blades que me acompañó sutilmente en esa ida al estado Lara.
Definitivamente la música te elige, uno nuca va y la selecciona como comprar un tipo de desodorante, ella te busca y te atrapa. Como dije, no era amigo personal de Jesús Parra, le debo buenas melodías que me atraparon, me hicieron reflexionar y nunca esperé recibir el mensaje de su fallecimiento, menos de una persona joven que pensé que tenía el compromiso artístico de darnos lo mejor de su creatividad ya comprobada. Jesús iba a bautizar su nuevo disco, le faltaban 3 días para mostrar sus nuevas canciones hasta que el lamentable accidente llegara a su vida. Y me queda el agridulce sabor de uno de sus nuevos temas “Látigo” mientras lamento su pérdida y capturo la frase: “Aquí vengo yo a despedirme en un canto, sin risas, sin llantos, sin alabar a Dios, sin ofender al diablo”.
No me gustaría molestar a sus más allegados con este post, no quiero que se muestre como una vil forma de sacarle provecho post-mortem. Se trata de un impulso personal o manera de descargar ese sentimiento interno a través de las palabras por un músico que tuvo la sencillez de conectar sus emociones con la gente y conmigo, sobre todo que haya sido la música la que me llevó a respetarlo sin ningún tipo de compromiso amistoso, sino la honestidad y admiración por lo que hizo. Y ahora, en medio del shock y la sorpresa logró que rompiera mi flojera de mantener este blog activo... porque merece que se lo dedique como una muestra de que valió la pena todo lo que nos regaló musicalmente y que gentilmente me haya cedido todas las piezas en su momento.
Nunca es tarde para conocer la buena música, la que queda plasmada en el inconsciente de quienes la disfrutamos, les presento a Jesús Parra, el inquieto músico guaro que me contactó efusivo con su música y se fue con la velocidad de su inspiración, sin dejar de hablar desde el corazón y motivado por su honesta creatividad. Esa es la personalidad que me queda de él.
Me gustaría contribuir a que todo el mundo oiga lo que hizo Jesús como músico, porque como persona solo puede hablar sus familiares y amigos. Sugiero que se bajen sus discos disponibles y tal vez entenderán su introspectivo mundo y hasta su motivación interna cuando canta: “Así se va la vida en este humilde pueblo, yo escribo casi a diario pa’ que critiquen lo que pienso”.
Mr Jesús: yo critico casi a diario y escribo lo que pienso, en esta oportunidad me despido de usted con este escrito, espero sirva para mantener vivo toda tu música de buen contenido, ojalá que funcione porque fueron excelentes canciones… ¡Digo yo… No sé!